martes, 31 de diciembre de 2013

Re-nacer




Es innegable que un año parece poco cuando quedan tan sólo unas horas para que termine. De pronto miramos con nostalgia los momentos de tristeza o dolor con algo de ese desahogo y presión en el pecho, y quedan las fotografías, los recuerdos y los sentimientos. Y también están los momentos y las personas que nos arrancaron una sonrisa y están los instantes, que para mi han sido bastantes, en los que respiro profundamente caminando por un parque bajo la luz del sol o un grupo de nubes oscuras o ese momento con un libro en un café o en el trasporte publico, o cuando camino escuchando música aislado por los audífonos y el mundo parece en sus movimientos distinto, momentos de tanta tranquilidad y al mismo tiempo tan evanescentes  que no podrían ser oscuros o de luz, simplemente son.


Creo que el tiempo y la vida nos brindan lo que merecemos y necesitamos. Después de tanta emoción que no cabe ya en nuestro cuerpo son necesarios momentos en los cuales es necesario liberarse y perder un poco de tiempo con nosotros mismos, llevados por la vida sin más recurso que los ojos cerrados, deseando más de lo que podemos soportar o llevar sobre los hombros y arriesgándose a vivir y a morir por ello. El tiempo no es predecible y la vida no es una línea recta hacia una meta. Las personas no son accidentes y los objetos no son lo más importante, las fotografías son fragmentos del tiempo, el viento es purificador, el alma no se gana se construye con cada paso, las lagrimas son buenas en la limpieza y la risa de los que amamos y nos aman son el mejor combustible para el presente, el adiós es necesario para un rencuentro, el amor depende enteramente de la casualidad y la palabra y que de esta misma materia se alimenta la muerte y el sueño. Un año, tal vez una vida o muchas. Lo importante es ser capaces de cerrar los ojos, de respirar sin esfuerzos o afán y dejarse llevar, otro será el momento de descansar.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Vidas soñadas


(Esperando)


Esta vida de algún modo es un consuelo, todos nos encontramos esperando algo. Esperamos el premio mayor, encontrar la felicidad en un objeto en una persona, estamos esperando que todo se acomode a nuestro alrededor y poder salir sin temores, estamos esperando una carta o una llamada. Esperamos, invertimos y malgastamos tiempo en la espera, nos sentamos de costado, al ya saber que será larga la espera, acomodamos el libro, el café y los ojos para la espera porque la mirada siempre debe estar en el pasado en la espera y de pronto estamos en esa rutina constante esperamos algo o a alguien.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

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Llegar a un punto donde parece que el camino se termina y que no hay retorno, es darse cuenta que en definitiva algo muy importante terminó. Pero que en ningún momento llegamos al fin, es un nuevo comienzo, un nuevo camino. Es el tiempo que comienza de nuevo, es una nueva oportunidad.

sábado, 14 de diciembre de 2013

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En fechas como estas, es innegable pensar en que las emociones y los recuerdos son una madeja compleja y definitivamente muy enredada. En algún lugar leí que los recuerdos no son acumulables, sino que nuestra memoria es un inmenso cuarto de estantes que guarda fragmentos de muchas cosas, un color de ojos en especifico, un árbol con ciertas características, una nube con cierta forma; de ese modo cuando una persona, una situación o un olor, ya que es el sentido más cercano a la memoria, nos rememora algo, la memoria toma cosas de cada estante y como el más grande y eficaz juego de piezas de armar construye un recuerdo. En instantes aparece la imagen y con ella, las sensaciones, los colores, los sabores e incluso los sentimientos, lo que antes creíamos perdido vuelve a nacer, de ese modo un recuerdo no es una cosa empolvada y vieja que se encuentra escondida o perdida, cada vez que traemos a la memoria un estado, cosa o momento es algo que acaba de crecer dentro de nosotros algo que vive de nuevo.