Antes
Hace mucho tiempo ya, demasiado para estar debajo de la lluvia. He
tenido tiempo de recordar todas las vidas y mundos, por los cuales, el sueño a tropezado,
También he estado meditando en el significado que tienen los sueños en los
cuales nos encontramos leyendo.
Los segundos se arrastran de tal forma, que las sombras en el suelo les
picaba el tiempo.
Ahora
Sol, luna, noche.
Todo en el abrazo de la mirada que se encuentra encerrada, contando los
segundos que han pasado en un tiempo pretérito. Gota a gota, cae el cielo o la
tierra es la que intenta saltar? Siento problemático que me dejen esperando y
por consecuencia tenga que divagar entre pensamientos.
El pensar, es mejor cuando se camina en círculo, parece dar cuerda a la
memoria y al relacionar las cosas; como la flor que sonríe, el sueño que llora,
el payaso que es triste, los números que no cuentan o los que cuentan y no son números.
Entiendo que en el sueño, cuando dormimos, nosotros mismos creamos y nos
contamos una historia, no solo recordamos, vemos el futuro, es más, no se si
tal vez veamos el pasado.
Después
No creo mucho en nada, o tal vez en cosas pequeñas, tangibles. Cosas que
podrían denominarse insignificantes, vanas, casi nada, algo tan efímero como la
sonrisa o la mirada, pero no una simple mirada, no, esa mirada que está en un
momento preciso, la mirada es mirada cuando confluyen, cuando la luz se
encuentra en el lugar indicado, cuando, quien la ve, entra en sincronía con el
universo. De ese modo una mirada pierde insignificancia y gana trascendencia.
Muchas otras cosas, como la lluvia y la espera, en la cual me encuentro
en este momento, con los ojos fijos en el instante que el sol desaparece en el
horizonte, donde desaparece el alfa y el omega, y las cosas el tiempo y el
espacio se condensan en un todo, en un recuerdo, un pensamiento, en silencio y
olvido.
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